Tanto el Bitcoin como la computación cuántica se postulan para ser dos de las tecnologías más importantes del planeta, pero la primera no podría existir en armonía con la segunda.
El Bitcoin es un tipo de moneda virtual (criptomoneda, como se llama técnicamente) descentralizada (es decir, que no la controla ningún banco ni ninguna entidad financiera) y totalmente seguro. Está teniendo mucho tirón últimamente, tanto que muchos se han convertido en multimillonarios con inversiones de pocas decenas de euros (los que más suerte han tenido). Y es que han pasado de valer unos pocos céntimos a valer más de 8000 dólares.
El nivel de seguridad se consigue mediante una tecnología conocida como blockchain. Consiste en una cadena de bloques (de hecho, esta es su traducción literal) donde el cada bloque depende el anterior. Es como una libreta donde se escriben cálculos, dependiendo cada hoja de los cálculos de la hoja anterior. Si se cambia una hoja por otra, o se modifica algo, todas las hojas siguientes estarán mal, según esta analogía, por lo que la hoja que haya cambiado se da por mala.
Además, en este sistema, no hay solo una libreta, sino miles de ellas. Por lo tanto, es imposible, al menos ahora mismo, poder realizar un ataque para saltarse este sistema. De hecho, la tecnología se considera tan segura que incluso las entidades bancarias y fabricantes de plásticos bancarios más clásicos están comenzando a adoptarla.
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